Es un hecho más que probado que todas las especies (tanto humanas como animales) y a lo largo de toda las historia han utilizado el juego como introductor a la edad adulta y sus roles.
Con la evolución de la sociedad han evolucionado también los juegos. Hoy nos encontramos inmersos en la era de la informática y eso ha influido en los juegos, pasando a llamarse “videojuegos”.
Como ya he apuntado en tantos comentarios de artículos analizados, creo que es más que conveniente la introducción de los videojuegos en el entorno escolar.
Existen muchas críticas entorno a este tema, pero no son más que opiniones personales sin análisis rigurosos realizados. Muchos son los que opinan que los videojuegos sirven sólo para entretener y que además llevan añadidos valores negativos como la violencia, el sexismo, la adicción, etc…
Mi punto de vista es que antes de rechazarlos taxativamente se hace obligatorio en primer lugar analizar por qué son tan motivadores y gratificantes los videojuegos (a la inversa que la mayoría de actividades escolares). Hay que descubrir sus atractivos y convertirlos en recursos educativos en nuestros centros educativos, pero SIEMPRE, SIEMPRE habrá que tener en cuenta especialmente, los contenidos que trabaja, las habilidades que predominan y los valores y contravalores que se manifiestan.
Como educadora de aula de 2 años (Educación Infantil) puedo afirmar desde mi experiencia, que los videojuegos pueden desarrollar en los niños habilidades y valores positivos que más tarde influirán en su educación fomentando el aprendizaje y la socialización.
Lo que sí parece que está probado es que los videojuegos, a cualquier edad, desarrollan y fomentan en los niños la colaboración, la amistad, reflexiones, la exploración, el desarrollo de la comunicación, el desarrollo de los símbolos y conceptos y ayudan a las interacciones sociales.
Es cierto que hay gran cantidad de videojuegos violentos que fomentan la violencia pero generalmente están destinados a adultos y son estos adultos quienes tienen que controlar en sus hijos o alumnos tanto el tipo de juego como el tiempo de exposición a ellos.
También creo que sería conveniente incluir en los centros algunos videojuegos violentos, jugar con ellos para analizar los valores que presentan y debatir en clase sobre ello. El profesorado debe promover reflexiones y discusiones que permitan comprender a todos los alumnos los peligros y las consecuencias de aceptar en la vida real los contravalores que asumen en los videojuegos. Como cualquier otro juego, pueden utilizarse como instrumento para la socialización de los niños y jóvenes. Hay que evitar, no obstante, que este entusiasmo por los videojuegos (aunque de lugar a ricas actividades grupales) pueda significar un abandono de las actividades mas específicamente educativas que se realizan en la escuela.
Por eso, desde mi punto de vista quiero afirmar que, con independencia de sus características, los efectos positivos o negativos del uso de los videojuegos en la escuela dependerán del profesorado, de su habilidad y acierto en la selección de los mismos y de saber establecer el momento y la forma oportuna de utilización. Creo que esto dará como resultado un futuro con personas realmente críticas, capaces de analizar situaciones con criterio propio y valorar en todo momento lo que conviene o no.
Tenemos que tener en cuenta también que al mirar cualquier telediario podemos ver muchos más ejemplos de violencia y de comportamientos indeseables que los videojuegos, con el valor añadido de que no son una ficción, mientras que en los videojuegos los usuarios tienen muy claro que se trata de un juego; un juego que precisamente les permite experimentar la trasgresión de las normas sociales.
Yo me encuentro entre las personas que creemos en el videojuego como afición y no como un peligro público, entre aquellas que defienden los efectos positivos que producen los videojuegos. Pero que han sido metidos con “calzador” en una sociedad que no está preparada para ser responsable y se limita a criticar sin analizar las situaciones en la que se ve inmersa haciendo buena la frase de “mochilas fuera”.
Palabras como Tecnología de la Información, Impacto social, Educación y Videojuegos suenan muy comprometedoras y todas juntas forman un cóctel para el que no mucha gente está preparada.
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